Detrás de cualquier recoleta iglesia, y entre el laberinto de estrechas calles que constituye su casco antiguo, podemos encontrar unos puestos de libros de viejo, de postales antiguas, partituras,... vamos,... el equivalente de los "bouquinistes" parisinos.

Junto a una de las ubicuas "loggias" que salpican la geografía de las ciudades toscanas, en la que se celebra un mercado de productos típicos, el músico callejero "ameniza/amenaza" el paseo de los peatones y compradores, anunciándote todo tipo de buenaventuras si le regalas con algunas monedas.

Pero donde se reunen la mayor parte de los ciudadanos que aprovechan la mañana para ir de compras es en el mercadillo, entoldado para proteger del rigor del sol del mediodía, que puebla San Michelle in Foro.

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