Como adelantaba ayer, el
Ebro trae una gran avenida estos días como consecuencia de las últimas lluvias, que en algunos momentos han tenido carácter torrencial. La mayor parte de la ciudad de
Zaragoza está lo suficientemente elevada sobre el cauce del río como para que no haya riesgo para las personas o la mayor parte de las propiedades.

Sólo algunas instalaciones deportivas en la orilla del río sufren las consecuencias, como el siempre sufrido
Club Náutico.

También los parques que bordean el
Ebro en la orilla izquierda, que se encuentra más baja que la derecha, sufren la inundación.


En cualquier caso, la avenida ha sido menos importante que la de
febrero de 2003, por lo menos a su paso por la capital.
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