Optamos por un recorrido más largo, pero que nos permita pasar por las orillas de los bellos lagos finlandeses. Lo cierto es que luego no se ve gran cosa. Las carreteras se encuentran flanqueadas por densos bosques, que llegan a convertir el viaje en algo monótono. Finalmente, en Säkylä optamos por desviarnos y asomarnos al lago Pyhäjärvi, de igual nombre que uno de los que encontrábamos en Tampere. En ese momento, las nubes empiezan a abrirse, y empezamos a disfrutar de los primeros rayos de sol desde hace 36 horas.



Y de Turku se podrían decir muchas cosas. Desde un punto de vista del interés turístico de la ciudad, pues eso... que hay una catedral con una inmensa torre, que hay un castillo con mucha historia y muchas habitaciones para visitar, o que podemos encontrar tremendos veleros atracados en los muelles de su puerto.






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