domingo, abril 10, 2005

Media legua ante ellos, por el valle de la muerte, cabalgaron los seiscientos.

No, no se asusten. En el caso de que alguien haya reconocido la cita del encabezado, no voy a hablar de la carga de la brigada ligera en Balaclava, desastre bélico que demuestra que la expresión "inteligencia militar" es un oxímoron de los más tristes que jamás he conocido. Y eso que Errol Flynn y Olivia de Havilland bajo la direcicón de Michael Curtiz pretendieron hacernos creer que aquello fue un hecho heroico y no una gilipollez (The Charge of the Light Brigade, 1936). Como así lo pretendió Tennyson en el poema al que pertenecen los tres versos del encabezado, aunque incluye la crítica al desatino de la acción. No, no se trata de esos "seiscientos".

Se trata de unos "seiscientos" más entrañables.



De lo que voy a hablar aquí es de que, paseando esta gélida y ventosa mañana por Zaragoza, me he encontrado en el Parque Grande una concentración de aquellos simpáticos vehículos que en un época invadían nuestras calzadas.

"Adelante, hombre del seiscientos, la carretera nacional es tuya".

Unos cuantos pirados, mantienen todavía estos vehículos, muchos de ellos en impecable estado de revista, evitando el "valle de la muerte" del desguace. A pesar del frío, se veía animación y gente simpática.

Por cierto, que como veremos en la siguiente imagen, lo del restyling no es exclusivamente una moda actual, y me ha resultado llamativa la cantidad de variantes que era posible descubrir dentro del esquema general.

Con lo brutos que somos en este país a la hora de tirar a la basura nuestra historia y de destrozar nuestra arqueología técnica e industrial, me ha resultado una experiencia agradable pasear entre tan venerables "trastos". Que les duren muchos años.


No hay comentarios: