En mi último artículo narraba cómo las tropas aragonesas en sucesivas cargas de infantería ponían en jaque las líneas francesas, llegano a un encarnizado "combate cuerpo a cuerpo". Finalmente estas ceden y comienzan a retirarse, ordenadamente, manteniendo todavía una defensa obstinada, a la que se suma una pertinaz lluvia que dificulta los disparos de los mosquetes españoles. No obstante, los disparos menudean, y la atmósfera aparece cargada del humo de la pólvora. Alguna unidades imperiales amenazan desde los flancos, mientras el cuerpo principal del ejército frances se retira por el cauce del río.
Finalmente, la retirada "gabacha" se consuma ofreciendo una "última resistencia" en el puente que cruza el río, donde tras sucesivas cargas se llega de nuevo al "combate cuerpo a cuerpo". Pero la suerte está echada, mientras la tormenta se hace más intensa. A partir de aquí, sólo quedarán algunas escaramuzas por las calles de Cariñena. Pero este reportero se refugió en su "berlina de tracción mecánica", calado hasta los huesos. Sospecha que, finalizadas las "hostilidades", ambos ejércitos, sin haber contabilizado ninguna baja, acabarían cenando como amigos opiparamente. No debería haber guerras. Pero de haberlas, que fueran como esta; sin muertos, sin heridos y con mucho teatro.
jueves, junio 22, 2006
El desenlace final; los "gabachos" se retiran
PS: Recordad que podéis ver el reportaje fotográfico completo en PicasaWeb.
Publicado por Carlos Carreter a las 19:00
Etiquetas: fotografía personal
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