María Antonieta (Marie Antoinette, 2006), 8 de enero de 2007
Aprovechando que estaba de fiestecilla estos días atrás, he aprovechado para que me cundiera el tiempo de ocio, así que en pocos días he visto otra película. La tercera de Sofia Coppola, un nombre que tras sus dos primeros filmes, me inspiraba confianza en los resultados.
En esta ocasión, la directora abandona las tribulaciones de adolescentes y jóvenes de hoy en día para darnos a conocer las de una adolescente y joven de hace 250 años. Y nos referimos a Maria Antonia von Habsburg-Lothringe, que a la joven edad de 14 años se convirtió en delfina de Francia, y con 18 años en la desafortunada reina del país vecino. Esta fue una reina joven, que en el momento en que comienza la Revolución tiene 34 años, y 38 en el momento en que perdió (literalmente) la cabeza. Y en esta juventud, radica la tesis de la película, que prentende mostrarnos con ojos amables la personalidad de una joven, que lo que busca en la vida es lo que buscan todos los jóvenes, ser admitidos por los demás y divertirse, y que los acontecimientos la llevaron a un final trágico, cuando ella no estaba especialmente interesada en políticas y otros males.
El resultado es un largometraje excesivamente largo, en el que constantemente aparece en pantalla la actriz que da vida al personaje histórico, Kirsten Dunst, una actriz que aunque físicamente dé el papel, creo que tiene excesivas limitaciones interpretativas para decirnos algo con la profundidad necesaria sobre el personaje. La historia está poco centrada, se expande por un período de 20 años y no explica bien porqué pasan muchas de las cosas que pasan. Tampoco queda claro el paso del tiempo. Las elipsis no son evidentes. La propia actriz resulta poco creíble como evolución a lo largo de los años. Todo es demasiado superficial. Demasiada preocupación por decorados, vestidos y peinados no ocultan las debilidades del guion (que no de la historia, que da para mucho más). Se dan por dadas cuestiones que no están claras históricamente (como ciertos amoríos), mientras se ocultan aquellas situaciones que causaron la indignación popular hacia el personaje, fueran ciertas o falsas.
Del resto de los intérpretes, son demasiado secundarios para que les prestemos mucha antención, aunque siempre me gusta ver a Judy Davis, a quien aprecien en su momento en algunos filmes de Woody Allen, y quizá debamos mencionar al actor que interpreta a Luis XVI, Jason Schwartzman, que cumple sin más.
En fin, que el esfuerzo de producción hace que a la película se lleve un seis, aunque sin más, con la misma nota para la dirección, también por el esfuerzo, y para la interpretación, por que todos los demás intérpretes no tienen la culpa de las limitaciones de la protagonista.
miércoles, enero 10, 2007
María Antonieta (2006)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario