He terminado de procesar las fotografías de mi excursión de hace casi una semana a Valencia, en la que visitamos la Ciudad de las Artes y de las Ciencias. Realmente, el mejor momento para fotografiar la belleza arquitectónica del lugar es poco antes del ocaso y en el crepúsculo.
En esas horas, es imprescindible utilizar un trípode. Hay que conseguir la mejor nitidez posible de la cámara para conservar los finos detalles arquitectónico, pero la luz es escasa. No recomiendo la utilización de altas sensibilidades, ya que aunque últimamente han mejorado mucho la calidad de imagen, es preciso trabajar con diafragmas muy abiertos, y siempre producen algo de ruido en las cámaras digitales que conlleva una mayor o menor pérdida de sensibilidad.
Con la Pentax *ist DS y el SMC-DA 21/3,2 utilizados, un trípode ligero de viaje puede servir, ya que no es un equipo pesado. El conjunto ofrece un tamaño muy compacto para una réflex digital, con la consiguiente reducción de peso. Se pone el disparador a disparo retardado de 10 segundos para amortiguar vibraciones, un diafragma que de buena calidad (f/8 por ejemplo se ha mostrado suficiente en mi caso) y con los 200 ISO de base de esta cámara, tiempos de exposición que oscilan entre los 0,5 y los 3 segundos. La medición matricial de la cámara se ha comportado excelentemente, y gracias a la mezcla de luces y tonos, ha acertado con la exposición casi siempre a la primera.
Vamos. Que me divertí. Sobre si las fotos son buenas... eso lo juzgáis vosotros.
lunes, diciembre 10, 2007
Último vistazo global a la Ciudad de las Artes y de las Ciencias
El conjunto de imágenes lo podéis ver en
Publicado por Carlos Carreter a las 23:08
Etiquetas: fotografía personal, Valencia
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