Tristan + Isolde (2006)
Historia construida sobre la leyenda medieval, en la que se ha concentrado los aspectos básicos de la misma para una duración y comprensión cinematográfica racional. El problema de la adaptación del mitos y leyendas es que es difícil condensar todos los aspectos, todas las versiones, todas las derivaciones, o siquiera escoger cuales son las más adecuadas. Leyendas y mitos como los homéricos, los arturianos, los germánicos, tienen una gran riqueza y una gran variedad de versiones. En ocasiones, incluyo llegan a mezclarse los diversos cuerpos legendarios como sucede con el de Tristán e Isolda y el del Rey Arturo.
En la adaptación que aquí nos ocupa, no hay mezclas. Se han cogido los elementos básicos de la leyenda. El huérfano acogido por el noble y benevolente señor, que lo cría como a un hijo y lo prefiere por encima de otros parientes de la misma edad, se enamora de la mujer que a la postre le resultará prohibida, generando los elementos necesarios para la tragedia. Todo se desarrolla en un ambiente similar al de las leyendas arturianas; el período que comprende entre la retirada del Imperio Romano y la constitución del reino inglés con personalidad propia, previa a las invasionas normandas.
Hay que decir que, aunque en este caso se mantiene apartado de los ciclos artúricos, el esquema de la historia está muy relacionado con el arquetipo arturiano. En este caso, Tristán es una mezcla entre Arturo niño y el adulto Lancelot; Lord Marke es una mezcla entre Merlín y Arturo rey; finalmente, Isolda ocupa el lugar de la reina Guinevere. Esta historia, eso sí, carece del carácter mágico que adopta habitualmente el ciclo artúrico.
En general, la realización de Kevin Reynolds es correcta, con una ambientación muy cuidadada; muy creible. Podemos aceptar con pocos problemas que estamos en la Gran Bretaña del siglo VI o VII. Estamos en un mundo de transición, por definir, y eso se transmite bien, aunque con alguna licencia que se justifica para la mejor comprensión del espectador. Todo se desarrolla, además, en un ambiente relativamente crepuscular, que acompaña bien el tono de drama/tragedia que tiene la historia.
Otra cosa es la interpretación. Aunque muy monos, ni el apuesto James Franco como Tristán, ni la guapa Sophia Myles como Isolda consiguen transmitirme la emoción necesaria. No llegan a conmoverme en su drama vital, ni en la tragedia del desenlace. Como muchas veces últimamente, me entran serias dudas de que el doblaje no sea uno de los principales problemas para ello. Más solidez veo en Rufus Sewell como Lord Marke. El resto de secundarios cumplen con su papel, especialmente la doncella Bragnae interpretada por Bronagh Gallager.
En resumen. Película recomendable para todos aquellos amantes del género de las leyendas medievales, a pesar del enlentecimiento en el ritmo de la acción que apreciamos en algunos momentos, tampoco aburrirá al amante del cine en general, aunque tampoco pase a la historia como una obra maestra precisamente. En cualquier caso, es infinitamente más digna que el pastiche seudohistórico que montaron con la versión de la leyenda de Arturo que sufrimos recientemente. Yo le pondré un siete (con otro siete en la dirección, y un más modesto seis en la interpretación).
martes, abril 04, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario