Un individuo, de nacionalidad británica, básicamente conocido por ser un tirano fascistilla en el ámbito de la Fórmula 1, ha condicionado su apoyo a una prueba deportiva en este país al resultado de las futuras elecciones autonómicas y municipales. En una ingerencia con un descaro pocas veces visto, el "capo" del motor ha apoyado una opción política por encima de otras. Parece ser que el criterio por el que se eligen a los representantes políticos no es el interés o la prosperidad global. La vivienda, la salud, la educación, el bienestar social, el empleo,... no parecen razones suficientes para hacer una campaña electoral. Lo que hay que presentar es si una prueba deportiva de carácter elitista se va a celebrar o no en una determinada ciudad. Y los representantes políticos del "partido beneficiado" están encantados. Y a lo mejor hace efecto. ¿Será verdad que lo pueblos tienen los políticos que se merecen?
Parece que el tarado en cuestión ya había tenido previamente algún que otro escándalo político. De aquí al domingo me pensaré si sigo comentando este deporte en estas entradas.
viernes, mayo 11, 2007
Vete a la m...., Bernie
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