La carta esférica (2007), 10 de septiembre de 2007.
Llevo un verano que no aprendo. Sé, a priori, que las películas que voy a ver no me van a gustar. Pero sigo yendo. En esta se daban una serie de factores. La mayor parte de las adaptaciones de novelas de Pérez-Reverte son malas. Lo cual siempre me ha parecido una paradoja, porque siempre me ha parecido un material muy adaptable al cine. La novela en la que se basa la película la empecé a leer hace unos años y la colgué. En sus primeros capítulos perdí el interés por la historia que me estaba contando, y la dejé. Me quedaban dudas sobre la capacidad de la pareja protagonista para hacer funcionar la historia, especialmente por parte de la actriz, Aitana Sánchez-Gijón. La crítica la había calificado como floja.
Con estos antecedentes nos dirigimos al cine con una esperanza; las expectativas eran tan limitadas, que las posibilidades de una razonable satisfación al final de la proyección aumentaban. Uno siempre piensa además en aquella impresionante colaboración entre el director, Imanol Uribe, y el protagonista, Carmelo Gómez, que fue un filme tan valiente y tan espléndido como Días contados.
Pues nada. Que no hay forma. La película, que pretende tener cierta intriga y alguna dosis de acción, discurre plana, salpicada por tópicos diversos y sin que en ningún momento sintamos sobresalto alguno. Nada nos sorprende. Mucho es previsible. Los diálogos son flojísimos. Expresiones que situadas en un contexto literario, muy propias del novelista, tienen su sentido, aquí suenan como verdaderas chorradas. Los malos son inconsistentes y excesivamente estereotipados y apenas hay lugar para las sorpresas que pueda deparar la historia. Las elipsis son nefastas. No hay sentido del tiempo ni del ritmo; entre dos escenas lo mismo han pasado cinco minutos como dos semanas. No hay emoción en los descubrimientos. El final resulta absolutamente decepcionante, en parte por que a partir de determinado momento es muy previsible, en parte porque uno ha perdido cualquier capacidad de emocionarse con lo que les suceda a los personajes. Todo muy flojo.
En la interpretación, se conforman mis temores respecto a la protagonista. Siempre la he considerado una actriz más floja de lo que nos han querido hacer creer. Para mí, su mejor momento fue Boca a boca, una película divertida y simpática, en la que además de cuerpo fue capaz de poner cierta credibilidad al personaje; poco más hay donde rascar, aun en una filmografía donde hay más películas que me agradaron. Pero es que el actor protagonista, por momentos es casi un caricatura de lo que ha representado en muchas películas que han marcado la historia del cine español. La cosa no funciona.
En resumen, que mejor que con el dinero del cine os compréis algún librillo de bolsillo o invitéis a algún amigo a tomar una cervecica. Mucho mejor aprovechado el tiempo. No le daré más de un cuatro a todo, valoración subjetiva, dirección e interpretación.
Como no podía ser de otra forma, la fotografía de hoy tiene ambiente marinero, con este hermoso velero que se encuentra atracado en el estuario del rio Aura en Turku, Finlandia.
martes, septiembre 11, 2007
La carta esférica (2007)
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