No han sido muchos días, pero han sido intensos. Florencia, por encima de todo. Pero también los valores seguros como Siena, Pisa y San Gimignano. Y las agradables sorpresas como Lucca. Ciudades bellísimas. Una maravillosa campiña, entrevista desde las ventanillas de los cutres pero efectivos trenes regionales de Trenitalia. Una gastronomía apabullante; carnes, verduras, quesos...
También sus lados negativos. Mucha gente. Por todos lados. Sensación de ahogo en algún momento. Abrumador.
Y qué precios. Cómo se pasan los condenados. Pero es así el mundo occidental. La ley de la oferta y la demanda.
Hoy inicio la serie de imágenes toscanas. Y para empezar el tópico. El Battisterio y la fachada del Duomo, en Florencia.
jueves, septiembre 15, 2005
La Toscana, ¡qué ciudades, qué campiña, qué comida! ¡cuánta gente! ¡y qué precios!
Publicado por Carlos Carreter a las 09:46
Etiquetas: Italia, Toscana 2005, viajes
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