Casanova (2005/I).
El siempre elegante y sutil director Lasse Hallström, nos ofrece su visión del legendario seductor veneciano Giacomo Girolamo Casanova. Hallström nos tiene acostumbrados a su buen oficio a la hora de dirigir, y ha sido capaz de transmitir sensualidad en algunas de sus anteriores realizaciones. Cómo no recordar la estupenda e presuntamente ingenua Charlize Theron en Las normas de la casa de la sidra. O la gastronómica sensualidad de la maternal Juliette Binoche en Chocolat. Por lo tanto, las espectativas están claras. La belleza de Venecia y de las actrices (en este caso Sienna Miller, Natalie Dormer, y la ya veterana pero siempre estupenda Lena Olin) al servicio de la sensualidad como espectáculo cinematográfico.
Pero... no. La verdad es que no. Es cierto que Venecia sale estupenda. Y las chicas son guapas. Pero no tenemos esa sensualidad, esa sutileza en el enredo que esperábamos de la Venecia del Siglo de las Luces. Sólo encontramos una comedia de enredo, lujosamente ambientada en la ciudad de los canales, con un chico, Heath Ledger, que cualquier suegra anticuada lo quisiera como yerno, porque en ningún momento te lo acabas de creer como calavera. Y eso que lo suyo pone de su parte para remedar a aquel estupendo Vicomte de Valmont que interpretó John Malkovich, pero que no le llega ni a la suela de los zapatos porque le falta ese punto trágico y elegante que aquel tenía.
En fin. Que se deja ver, si se va sin prejuicios como los míos, y te planteas que es un entretenimiento. Bonito, por los paisajes urbanos y los vestuarios, pero un entretenimiento. Con un guion que se enmaraña sin mucho sentido, y con un desenlace que ya supones que va a ir bien y que da igual como acaba. Como las chicas me parece guapas le pondré un seis (dirección e interpretación, también un seis para ambos).
martes, febrero 21, 2006
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