lunes, febrero 20, 2006

Esa música que me acompaña, esas cantantes que me gustan

Hot Jazz Club, Praça da Alegria, Lisboa (Portugal)

Cuando me siento ante mi ordenador personal, y me dispongo a pasar un largo tiempo trabajando, tengo una serie de necesidades. Supongo que otros las tendrán parecidas. Una es que nadie me incordie, fundamental. Se me pone un malhumor que no veas. Una segunda es que no haya un exceso de luz; que sienta como una burbuja dentro de la cual soy productivo, y fuera de la cual, nada. Y por fin la tercera es que no hay ruidos, pero sí música.

La utilización de iTunes como reproductor de música en mi ordenador personal me permite de vez en cuando observar qué es lo que más escucho. E invariablemente parece que mis preferencias se decantan hacia la música vocal femenina. Sirva este artículo para homenajear a algunas de estas cantantes:
  • Para empezar, cantantes de jazz de toda la vida, auténticos clásicos como Nina Simone, Dinah Washington, Billie Hollyday, pero sobre todo, y por encima de todo, Ella Fitzgerald, y sus maravillosos songbooks.
  • No olvidaremos a cantantes de jazz modernas, cada una con su estilo, diversas pero interesantes. Citaremos aquí a la omnipresente Diana Krall, pero no nos olvidaremos de Madeleine Peyroux, o de Patricia Barber.
  • Inevitable para mí la música brasileña con gente tan variada como Astrud Gilberto, o las más modernas Joyce, Marisa Monte, y Bebel Gilberto.
  • Sigamos con el portugués, especialmente ideal cuando se mezcla con los ritmos africanos de la caboverdiana Cesarea Evora, o la lisboeta de origen caboverdiano Sara Tavares. Sin olvidar a la vocalista de Madredeus, Teresa Salgueiro.
  • No nos olvidaremos las voces en francés de Carla Bruni, o un reciente descubrimiento, Camille.
Vale, vale. Pero... y en español... Pues siempre me ha privado la voz de Soledad Giménez, de Presuntos Implicados. Desgraciadamente, en España no se popularizan tanto las voces femeninas fuera del pop. Y los cantantes de pop me pueden gustar,... un rato. Luego me cansan. Necesito otro tipo de música más propia, para que se quede conmigo para siempre.

Sirva pues este artículo de homenaje a las mujeres que cantan, y que tanto nos acompañan.

Otro día hablaré de otras músicas que también me acompañan.

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