A mí me gustan los trenes. Y en especial, los antiguos. Los clásicos. Los que nos retrotraen a otras épocas y otras sociedades. Aquellos que hicieron revoluciones industriales y acortaron el mundo cuando este parecía infinito. Y si no os lo creéis, visitad mi página en internet, Trenes de Ayer y de Hoy; para que veáis. Por lo tanto, si estoy en Mallorca, necesariamente me he ido a visitar el Ferrocarril de Sóller y el tranvía que une Sóller con el Puerto de Sóller. Una mañana dedicada a viajar pausadamente en este medio de otros tiempos.
Por la tarde, un paseo por Palma. Una ciudad que me ha sorprendido muy gratamente. Y no sólo por la sobrasada. Sino por muchas cosas. Tiempo habrá de ir ofreciendo imágenes. De momento, aquí va un adelanto.
Imagen del coche motor de uno de los trenes del FC de Sóller; este vehículo está fabricado en Zaragoza, hacia 1928
Sóller se encuentra encajonado en un profundo valle entre montes; la vista desde el tren cuando nos asomamos al valle es notable
Esta forma de conducir un tranvía me retrotrae a mi infancia y al tranvía de la línea 11 "Parque-San José" de Zaragoza; pero esto que vemos aquí no es aquella desaparecida línea sino el Tranvía de Sóller
En el Puerto de Sóller, no falta quienes toman el sol
El coche tractor del Tranvía de Sóller maniobra para realizar el trayecto de regreso
Este aviso del FC de Sóller se refiere a las ventanillas, no al mundo; así que no valen excusas
A la rica sobrasada en las calles de Palma de Mallorca, mmmmmm
La bella catedral de Palma se tiñe de carmín con el sol del atardecer
1 comentario:
los trenes son románticos...
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