A mí me gustan los trenes. Y en especial, los antiguos. Los clásicos. Los que nos retrotraen a otras épocas y otras sociedades. Aquellos que hicieron revoluciones industriales y acortaron el mundo cuando este parecía infinito. Y si no os lo creéis, visitad mi página en internet, Trenes de Ayer y de Hoy; para que veáis. Por lo tanto, si estoy en Mallorca, necesariamente me he ido a visitar el Ferrocarril de Sóller y el tranvía que une Sóller con el Puerto de Sóller. Una mañana dedicada a viajar pausadamente en este medio de otros tiempos.
Por la tarde, un paseo por Palma. Una ciudad que me ha sorprendido muy gratamente. Y no sólo por la sobrasada. Sino por muchas cosas. Tiempo habrá de ir ofreciendo imágenes. De momento, aquí va un adelanto.
jueves, septiembre 07, 2006
En tren, en tranvía, caminando...
Imagen del coche motor de uno de los trenes del FC de Sóller; este vehículo está fabricado en Zaragoza, hacia 1928
Sóller se encuentra encajonado en un profundo valle entre montes; la vista desde el tren cuando nos asomamos al valle es notable
Publicado por Carlos Carreter a las 23:08
Etiquetas: ferrocarril, Mallorca, Mallorca 2006, viajes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
los trenes son románticos...
Publicar un comentario