martes, febrero 13, 2007

Juegos secretos (2006)

Juegos secretos (Little Children, 2006), 12 de febrero de 2006

Una vez más, con este filme de Todd Field, a quien ya pudimos admirar en la triste En la habitación, el peligroso psicópata que traduce los títulos de las películas extranjeras al castellano ha vuelto a hacer de las suyas. El título en inglés, que traducido sería Niños pequeños, tiene todo su sentido tanto por la presencia de estos diminutos seres como personajes de esta adaptación de la novela del mismo título escrita por Tom Perrotta, como por su valor como metáfora de los sentimientos y de los comportamientos de los personajes adultos de esta obra de ficción. Supongo que la distribuidora habrá pensado que vale más dar una falsa sensación sobre el contenido real de la película, un drama, y hacer creer que estamos ante una película de alto contenido erótico. Lo cual no es cierto a pesar de las escenas de sexo explícito entre sus protagonistas. Para qué vender una posible calidad cinematográfica si puedes vender carnaza.

Situada la acción en el ficticio (creo) condado de East Wyndam, Massachussets, en lo que pretende ser el corazón de la civilizada, rica y feliz Nueva Inglaterra, el entorno invita a pensar en una vida tranquila, sin grandes preocupaciones, con un nivel de vida razonable, pura clase media de la costa este norteamericana. Y allí nos encontramos una serie de personajes que navegan por el mundo a punto de naufragar, si no lo han hecho ya. Una mujer (Kate Winslet) y un hombre (Patrick Wilson), ambos de profesión "amas de casa", con insatisfacción en sus teóricamente perfectos y acomodados matrimonios. Un antiguo policía (Noah Emerich) marcado por un error cometido en el pasado en relación con un adolescente, casi un niño. Un pedófilo que ha cumplido su pena en prisión (Jackie Earle Haley) y que se ve en el brete de tener que volver a vivir en sociedad, con sus compulsiones aún vivas. Los temas son varios. La intolerancia, la soledad, el adulterio, los matrimonios vacíos... todo siempre desde el punto de vista de los niños, pero no de los que tienen tres o cuatro años, que están ahí, que aglutinan o desencadenan, sino de los niños de 30 ó 40 años, que son los que realmente necesitan cuidados y atención en esta historia.


La película, que peca de un metraje ligeramente excesivo probablemente por el interés de adaptarse a la obra literaria de origen, se ve bien. Produce momentos de desasosiego o tristeza contenidos, pero también echa guiños a la esperanza. Es un verano, lo que nos cuenta; pero sobretodo es un proceso de maduración de estos niños adultos que tienen que comprender qué es lo que les está pasando.

De la interpretación, destacaremos especialmente a la Winslet, que está en estado de gracia, así como a los "protagonistas secundarios" Emerich y a Haley. Wilson, que siendo hombre para variar lleva el peso de ser el "florero" de la película, cumple razonablemente con su papel gracias a un físico particularmente adaptado, con su aspecto de cachas con cara aniñada. Un papel secundario, aunque aparezca tercera en los títulos, tiene la guapísima Jennifer Connelly, a quien nos gustaría ver más.

En resumen, una película que no es especialmente fácil de ver o de digerir, que se aleja de los paradigmas actuales, pero que tiene atributos cinematográficos interesantes sin duda alguna. Yo le pondré un siete, con un ocho en la interpretación y otro siete en la dirección.


Pues no, no es Nueva Inglaterra; es la vieja Inglaterra, Catedral de Wells, Somerset

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