Indudablemente una de mis actrices favoritas. Elegante como pocas, capaz de hacer con la misma soltura y convicción de monja con dudas, de fogosa esposa adúltera, de orgullosa cristiana romana, de institutriz ex convicta, de institutriz danzarina en Siam, o sobretodo, de mantener el orgullo ante la desgracia en esa película tan estupenda que es An Affair to Remember (en español, Tú y yo). El pasado martes murió Deborah Kerr.
No me enteré a su debido tiempo por estar de viaje. La actriz británica estaba ya mayor, y hace mucho que no trabajaba. Pero nos quedan sus películas, la mayoría de las cuales recomiendo con fervor. Hoy sin falta me veré de nuevo alguna de sus películas. Que sirva de homenaje.
En la imagen de hoy, una vista de Dresde, capital del Reino de Sajonia en el siglo XIX, y que bien podría ser un modelo para la Strelsau de la Princesa Flavia, capital de Ruritania en El Prisionero de Zenda.
domingo, octubre 21, 2007
Tarde me entero, pero triste me pongo, ha muerto Deborah
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