Expiación (Atonement, 2007), 15 de enero de 2008.
Para empezar, el título completo en español es Expiación: Más allá de la pasión. Pero he decidido obviar ese "más allá de la pasión" en el título de la entrada, porque no sirve para nada y no induce más que a engaño. Cosa que no necesita este estupendo filme firmado por Joe Wright, basado en la novela Atonement del escritor británico Ian McEwan. Esto no es un culebrón de pasiones amorosas. Esto va de otra cosa. Va de las repercusiones de nuestros actos. De cómo afectan las vidas de quienes nos rodean. De cómo en un momento dado condicionan nuestra propia vida, e incluso hace necesarios actos de expiación de nuestras faltas.
Según la propaganda del distribuidor de la película esto van de los amoríos y pasiones de una señorita pija británica y del hijo del ama de llaves, protegido de la familia de bien, en la década de los 30 del siglo XX, en vísperas de la Guerra Mundial. La señorita pija está interpretada por Keyra Knightly y el "ceniciento" por James McAvoy. En realidad, estos personajes son secundarios. Secundarios de lujo, que se llevan buena parte de los minutos que dura la película, pero secundarios. Son los que sufren los actos de quien considero que es el auténtico protagonista del relato, la pequeña Briony, interpretada en su preadolescencia por Saoirse Ronan, en su juventud por Romola Garai, y ya anciana por Vanessa Redgrave.
No nos encontramos ante un relato de estructura convencional. La acción va y viene en el tiempo. Es necesario para poder comprender mejor lo que pasa por las mentes de los protagonistas, para entender que lo que vemos y percibimos no siempre es la realidad sino lo que queremos interpretar. Tampoco es convencional por... un motivo que sólo se comprende al final, aunque la secuencia de los hechos y los tiempos nos hagan sospechar durante la proyección. La realización por lo demás está muy cuidada; se sale de lo habitual. Toma sus riesgos. Tiene momentos muy poderosos visualmente, al mismo tiempo que una música acompañada por un peculiar instrumento de percusión, nos va dando pistas de lo que estamos viendo realmente.
La interpretación es suficientemente buena. La Knightly está mejor que lo habitual, y cumple sobradamente, aunque quiza hubiera hecho falta otra actriz con un poco más de solidez. Pero el físico lo da. McAvoy está mejor y cumple también sobradamente. El patito feo de la película, el personaje de Briony se luce menos por estar interpretado por tres actrices distintas y con unos tiempos limitados en pantalla en relación a la importancia del personaje, pero no hay nada que objetar a la interpretación, especialmente de las dos brionys jóvenes. La intervención de Redgrave, corta aunque trascendente, tiene un cariz que va más allá de lo meramente interpretativo, por lo que tiene de catártico para la resolución del relato.
Sólo había leído previamente una novela del escritor, y aunque me gustó, no me llevó a seguir buscando su compañía literaria. Pero ahora sí que me han entrado ganas de hincarle el diente a un relato que me imagino mucho más rico en su versión literaria.
En resumen, una película muy interesante y muy conveniente, que muestra que se pueden hacer todavía buenas adaptaciones de obras literarias al mismo tiempo que se cuidan los aspectos cinematográficos de la obra. Yo le pongo un ocho, con la misma nota a la dirección, y un siete en la interpretación.
La imagen de hoy, la soledad y la melancolía en las calles del Casco Viejo de Zaragoza.
martes, enero 15, 2008
Expiación (2007)
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