Los crímenes de Oxford (2008), 20 de enero de 2008.
Dudas me han entrado a la hora de encabezar esta entrada sobre sí debía consignar el título original de la película como The Oxford Murders. Al fin y al cabo, el filme está rodado en inglés, en Inglaterra y con un ambiente muy británico. Pero asumiremos que la película es española, y que su título original es en castellano.
Pues esto va de que a Alex de la Iglesia le da una ventolera y se pone a hacer una película que no tiene nada que ver con el cine al que habitualmente nos tiene acostumbrados. Este director tiene algunos títulos que me parecen estupendos y otros que no. En realidad, si miro su filmografía, en lo que se refiere a largometrajes, sólo hay dos que me parece que tienen algo para que se le dé la importancia que se le da en la filmografía española actual. Y son El Día de la Bestia y La Comunidad. Ambas me parecen geniales. Pero las demás... ¡uffff! Una de dos. O está sobrevalorado, o tiene poco atino a la hora de mostrar su genialidad.
El filme que aquí nos ocupa pretende ser su punta de lanza para el cine anglosajón. Bueno... ¿Y Perdita Durango, qué? ¿Nos hemos olvidado que aquella también se rodó en inglés? También se habla de un homenaje a Hitchcock. Mmmmmmmmm... Es cierto que es una película de misterio. De asesinatos por resolver. Es cierto que algunos planos y algunas secuencias tienen mucho de lo que hacía el viejo maestro. Pero ¿es esto un homenaje o mera imitación coyuntural y aprovechada? El viejo maestro nos mantenía en vilo simplemente con el acoso a un personaje, con la incertidumbre de los destinos de los protagonistas. El presunto motivo de esa incertidumbre, el McGuffin, era absolutamente secundario. Un polvo negro en Notorious, una persecución no sé sabe muy bien porqué en North by Northwest,... Eso no importaba nada. Aquí nos dan una brasa aterradora con la lógica, las matemáticas, la maldita sucesión de Fibonacci. Lo de la sucesión de Fibonacci parece que se lo han aprendido en jueves. Sale hasta en la sopa. Incluso aquí se equivocan un mogollón cuando el protagonista dice que cree en el número pi, cuando el número asociado a la sucesión de Fibonacci es el número phi. Vamos mal en matemáticas y en letras. Largas parrafadas de frases sin sentido para la mayor parte de los espectadores y que son superfluas a la hora de crear ambiente. El resultado es una melange inconsistente entre las historias tipo códigodavincianas y las novelas de Agatha Christie. Juro que a mí me parece que esta historia tiene más de los whodunit de la prolífica escritoria británica que al suspense del maestro del cine de la misma nacionalidad.
Técnicamente,... pues sí, el director tiene recursos. Pero no sé si los sabe aprovechar. Imagino que habrá quien admirará el largo traveling que nos lleva de los desengaños del joven posgraduado hasta el lugar del primer crimen. Pero aparte de presentarnos a algunos de los personajes, que ya habían sido presentados, no acabo de verle la gracia. Nada que ver, por ejemplo, con el largo traveling que se puede disfrutar en Atonement para mostrar el ambiente de la playa de Dunkerke durante la II Guerra Mundial. Por poner un ejemplo de hace una semana escasa.
En cuanto a la interpretación. El joven posgraduado interpretado por Elijah Wood convence más bien poco. La enfermera que se lo liga, las española Leonor Watling, da lugar a una relación más o menos apasionado que nadie sabe por qué surge ni adonde va, ni si importa gran cosa. Por otra parte, esta chica es guapa, y además con poco recato a la hora de despelotarse, y me cae bien. Pero no acabo de verle mucho como gran actriz. Siempre me ha parecido que flirtea con la mediocridad. El viejo filósofo y matemático, John Hurt, hace lo que puede, que es mucho, pero poco más allá. Desde mi punto de vista, habría que cesar al responsable del casting. Hay otros actores que no lo hacen mal. Pero salen poco, y poco pueden hacer.
En resumen. Una película muy floja. Más de lo que la prensa especializada reconoce. Supongo que el nombre del director influye. Yo no le pongo más de un cinco en la valoración subjetiva, con una seis en la interpretación y otro en la dirección. Si podéis elegir, elegir otra película.
En la fotografía de hoy,... qué va a ser. Oxford. La foto es de 1989. No me acuerdo ni de cerca qué es. Si alguien lo sabe, que lo diga.
Focal: 28mm
Negativo color 100 ISO
No hay comentarios:
Publicar un comentario