Me recomendaron no hace mucho una producción televisiva, una serie de ficción de carácter histórico ambientada en la corte de Henry VIII. El famoso rey de las seis esposas. La serie se denomina The Tudors. Los Tudor, dicho al hispánico modo. En realidad, en esta primera temporada de la serie se le da vuelta a la historia tantas veces contada de la separación del monarca inglés de su primera esposa, Catalina de Aragón, para casarse con Anne Boleyn, una de las damas de compañía de la reina. La sospecha me entra de que si les va bien, pueden hacer una temporada de en torno a diez capítulos para cada una de las consortes. Supongo que la segunda temporada puede ir de su matrimonio con la "Bolena", hasta que esta pierde la cabeza... ¿por amor?
La producción de la serie, por lo menos en su primera temporada, es suntuosa. Decorados privilegiados, vestuario de lujo, abundancia de reparto y de extras, realización impecable. Los guiones varía. Hay algunos capítulos muy buenos y otros menos buenos; pero en general está muy bien. Se han buscado buenos actores, aunque algunos son poco conocidos. Pero otros tienen nombre, y he quedado particularmente impresionado del papel que hace Sam Neill interpretando al Cardenal Wolsey, Lord Canciller en ese período de tiempo. El personaje de Anne Boleyn esta interpretado por una casi desconocida Natalie Dormer, que une una gran belleza a una expresividad notable. Dice mucho con muy pocas palabras. Pero todos están muy bien, incluido el propio Jonathan Rhys Meyers interpretando al monarca, a Maria Doyle Kennedy como la reina de origen español, o a Jeremy Northam como Sir Thomas More.
La producción irlandeso-canadiense tira de escenas sexuales relativamente explícitas, especialmente en los primeros capítulos, supongo que como tirón para enganchar a la parroquia al televisor. Pero conforme los capítulos pasan, son otras las pasiones que importan en la historia. La ambición política, la avaricia, los celos, son los motores que mueven a los distintos personajes.
Y todo ello, está muy bien. Realmente bien. Pero...
Efectivamente, hay un pero. Es obvio que estas producciones tienen que partir de una "novelizacion" de los acontecimientos. Conocemos los hechos históricos públicos. Han llegado hasta nosotros alguna correspondencia de los personajes históricos narrando hechos más íntimos. Pero lo que realmente sucedió en las alcobas, en los comedores, en los salones, o en las recámaras ha de ser necesariamente inventado. Entiendo que esta ficción debe ser creible. Debe ser concordante con los hechos históricos. Debemos creer que las cosas pudieron suceder así. Ningún problema. Si sólo se narrase lo que realmente se conoce, sería un rollo y duraría un ratico. Pero lo que es inadmisible es que reinventen la historia. Que hechos conocidos sean falseados. Ninguna hemana del rey desposó ni mató a ningún rey portugués, que aparece como decrépito, lascivo y risible. Recordemos que la Casa de Avis portuguesa impulsó la exploración del mundo y configuró un imperio. Nada risible y sí mucho de admirable dadas las dimensiones del país. Nada indica que el Cardenal Wolsey terminase como termina en la serie. No hubo epidemias de esa categoría en esa época en Inglaterra; sí las hubo antes y después, pero no entonces, y parece que su única justificación es alargar un episodio más la serie. Las fechas y los acontecimientos no siempre concuerdan en la serie con lo que sucedió en la realidad. Y una serie de pequeños detalles que sería prolijo y probablemente aburrido buscar y detallar.
Siempre me preguntaré ¿por qué hacen esto? ¿Realmente creen que inventar o modificar cosas es necesario para que la historia sea interesante? Una pena. Porque por lo demás, la serie es altamente recomendable. A ser posible en versión original. No doblada.
¿Que otra foto de las que tengo podría poner en esta ocasión, distinta de la armadura de Henry VIII que se conserva en la White Tower de la Torre de Londres?
jueves, enero 17, 2008
La insoportable levedad de las producciones históricas - The Tudors
Canon EOS D60
Sigma 28/1,8
ISO 400
Exposición: f/1,8 - 1/50s
Publicado por Carlos Carreter a las 19:16
Etiquetas: televisión
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