Esta semana he estado virtualmente fuera del mundo. Aparte de mi habitual horario laboral que me ocupa todas las mañanas, he tenido que impartir clases en un curso y eso me ha obligado a dedicar buena parte de las tardes a esta noble tarea de colaborar a la formación de otros compañeros. Noble tarea que me deja hecho polvo y con pocas ganas de hacer nada cuando llego a casa salvo unos cuantos "largos de sofá", ver un ratico la tele e irme a dormir una hora antes de lo habitual. Así que no he aparecido por aquí para contar nada.
Eso sí, he escuchado más la radio para intentar mantener contacto con la realidad. Con alguna realidad. Quizá lo más llamativo ha sido los vaivenes de las bolsas, con pérdidas tremendas algunos días, que se han podido recuperar otros. Escucho hace unos días a unos contertulios radiofónicos que buena parte de estos terremotos financieros y económicos se debe a la política financiera en EE.UU. Ya se había dicho. Cuando la economía yanqui se acatarra, la economía mundial pilla una pulmonía. Es lo que hay.
Poco a poco, van apareciendo noticias indicando que las vacas gordas se han ido de vacaciones en este país. También son ganas de fastidiar. Al gobierno digo. Justo ahora que llegan las elecciones. Son las ironías del sistema capitalista actual. Un gobierno puede pagar el pato de las políticas que se hacen allende los mares o allende los Pirineos. La mayor parte de las decisiones que determinan como va a ir la economía se toman en Washington o en Bruselas. Y ahora viene la gran ironía. Como consecuencia de las malhadadas decisiones de un gobierno inepto como el de George W. Bush, nos podemos encontrar que el beneficiado electoralmente sea un partido que admira a este señor y que pretenderá imitar sus acciones de gobierno.
¿No han pensado ustedes nunca en bajarse de este estúpido tranvía que es la "sociedad occidental"? Yo sí. Es que nunca he sabido dónde me lleva. A lo mejor es eso. Que no lleva a ninguna parte.
En la foto de hoy, el poder económico que impregna cada rincón de nuestras ciudades. Incluso en un rincón tan recogido como la Plaza de Santa Ana en Zaragoza, un domingo de enero por la mañana.
EF 70-210/3,5-4,5 USM
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