sábado, agosto 18, 2007

Jo, que rollo de noticas del sábado... y Ramón se va hasta septiembre

La habitualmente agradable tarea de hojear electrónicamente ElPais.com la mañana de los sábados, hoy no es tan agradable.

El frío, el hambre y la desesperación traen vandalismo e insolidaridad entre los peruanos que han sufrido el terremoto. Por algún motivo, este tipo de fenómenos naturales, cuando adquieren niveles catastróficos, inciden especialmente en los países pobres. Alguien, observador imparcial del mapa mundi, podría decir que la mayor parte de la superficie del globo corresponde a países pobres... así que no es de extrañar. Es cuestión de probabilidad. En cualquier caso, la pobreza de estos países hace que los efectos de las catástrofes naturales tengan unas consecuencias aún más graves sobre las poblaciones a las que afectan. Estas noticias que nos llegan de Perú contrasta con el tono desenfadado y relativamente lúdico con el que los españoles recogieron la dominical noticia de hace una semana de un seismo con epicentro en La Mancha.

Otra de las noticias de la semana ha sido la amenaza de una recesión económica mundial como consecuencia de los desajustes financieros en el sistema hipotecario norteamericano. Ya lo dijo alguien, no recuerdo quién; si los EE.UU. se resfrían, el resto del mundo coje pulmonía. Y la pulmonía es una afección que es especialmente grave cuando te coge con las defensas bajas... lo que les suele pasar de nuevo a los países pobres, y no digamos ya a los paupérrimos. Ser pobre o vivir como los pobres es realmente malo para la salud. Lo que más me asombra es que esta crisis no se debe a que la gente se afane menos en sus trabajos, ni a que se acaben las materias primas, ni a catástrofes naturales... es simplemente la mala gestión de los dineros que unos cuantos oligarcas hace en un sistema financiero que parece tener más de juego y especulación que de apoyo a la industriosidad humana. Pero claro, si en este juego pierden, los que pagamos somos los demás...

Finalmente, me devasta la noticia de que Ramón despide a Hipo, Popo, Pota y Tamo hasta septiembre. Uiissssss, cómo voy a sobrevivir yo a las malas noticias sin mis hipopótamos favoritos.

Estas empinadas calles en Añón de Moncayo, Zaragoza, quizá simbolicen las dificultades del personal para salir a flote en este mundo cruel

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