domingo, diciembre 31, 2006

Desde la Alfafería de Zaragoza, despido este año

Silencioso alcázar de la antaño bien querida por los seguidores de Mahoma, Medina Albaida Saraqusta, no siempre bien tratado por la hisotoria, ha recuperado en los últimos tiempos un papel con voz y voto. Poco a poco recupera su posición como uno de los monumentos históricos de la ciudad, y ser sede de las Cortes de Aragón, le da el papel social que siempre merecieron sus austeros muros.

Son muchos los que se acercan a sus paredes atraidos por su nueva prestancia; y en un día como Nochevieja, son preferentemente zaragozanos que viene per se o trayendo a sus invitados foranos (utilizare en esta ocasión el adjetivo autóctono, en detrimento del más estándar foráneo).

La visita al palacio siempre nos produce un sentimiento extraño, de ambivalencia, las frecuentes boiras del Valle del Ebro, frías y húmedas, parecen contradecir los naranjos en fruto de los patios, más propios de latitudes más sureñas u orientales.

Pero hoy, último día de 2006, hay una mañana soleada que invita al paseo y a la fotografía. Y por qué no, a visitar la exposición que sobre el Rey Fernando II de Aragón (conocido por ahí como Fernando el Católico). Interesante. A ratos desasosegante. Hasta que punto determinados hechos históricos dados como casi como dogmáticos devienen azarosos y extraños.

Esperemos en cualquier caso, que de igual forma que el palacio nos ofrece un camino claro de salida, sepamos salir tranquilamente de la ronda solar 2006 desde el mítico nacimiento de un niño en Palestina, y que sepamos entrar y transcurrir con igual tranquilidad y alguna alegría por la 2007.

jueves, diciembre 28, 2006

Ciencia real y ciencia ficción

Hoy me he enterado al visitar el directorio de Hispaciencia de la existencia de una bitácora sobre la Física en la Ciencia Ficción. O tal vez sobre la derogación de las leyes de la física en la misma. Interesante. No sé si tendré tiempo para seguir y leer sus amplios artículos, pero está bastante bien.

Personalmente, mi relación con la Ciencia Ficción ha tenido distintos altibajos desde que tuve mis primeros contactos cinematográficos con ella en mis tiempo de adolescente, cuando el cine Rialto de Zaragoza (ya desaparecido, tras una larga larga agonía como sala X) era de arte y ensayo, y me daba la oportunidad de ver películas como 2001, una odisea del espacio, o la más desconocida película rusa Solaris, tristemente occidentalizada recientemente para mayor lucimiento de cierto pediatra de un servicio de urgencias.

Mis primeros contactos literarios fueron tres o cuatro años más tarde, ya universitario, cuando leí la versión literaria de 2001 por Arthur C. Clarke, y con la lectura de la trilogía de la Fundación de Isaac Asimov. En esos años de universidad, leí mucha ciencia ficción, hasta que en mi dura mollera fueron entrando los elementos del sentido crítico, y comprendí la cantidad de morralla con escaso valor que existe dentro del género. Esto provocó un claro distanciamiento de mi persona hace esta literatura, que sólo recupero de vez en cuando, en momentos en los que prefiero leer obras de evasión para descanso de mi sufrida cabecita/cabezota. Eso sí, seleccionando con cuidado para no caer en la basurilla.

Recientemente, por ejemplo, he leído una novelita, no publicada todavía en español, Seeker de Jack McDevitt. No es que sea el no va más del futbolín, pero es entretenida, tiene alguna aventurilla que otra y especula sobre los efectos del tránsito de una enana marrón al atravesar un sistema planetario extrasolar con planetas en la biozona. Bueno. Como toda obra de ficción hay muchas cosas difíciles de tragar en la realidad, pero tiene una base científica que para mí es la base para una obra seria de este género.

Es decir, que nadie me venga hablando de la saga Star Wars como ejemplo de ciencia ficción. Son obras de aventuras, de fantasía, en las que el pensamiento mágico tiene una gran importancia, y donde, voluntariamente según declaraciones del propio George Lucas, se derogan las leyes de la física en pro del espectáculo.

En fin, sirva este artículo para recomendar la bitácora mencionada al principio, y para reflexionar someramente sobre un género literario y cinematográfico que tanto dinero e intereses mueve, y que a tantas personas arrastra.

Peligrosos artefactos de "ciencia ficción" en la Plaza de los Sitios de Zaragoza

miércoles, diciembre 27, 2006

Nueva foto en The Mirror Project

Ya la remití hace semanas, más de un mes, pero hasta hoy no me ha llegado aceptada. Toma en la Calle Alfonso de Zaragoza.

Escaparate de "El Hogar Moderno", Zaragoza

lunes, diciembre 25, 2006

Una extraña banda de hombrecillos colorados asalta las casas en Zaragoza

Y supongo, que en otras ciudades. Parece que es una acción combinada. Nuestros reporteros gráficos han podido dar fe del hecho en los últimos días.




Todos esperamos que no hayan sido responsables de algunas catástrofes doméstica que se han detectado en la ciudad en la mañana del día de Navidad.

domingo, diciembre 24, 2006

Pues nada... que felices fiestas...

... a todos. Sea lo que sea lo que celebréis. La Navidad,... que se acaba la Navidad,... los regalos con los que os sorprenden,... que la cuenta de la Visa no ha sido para tanto,... el solsticio de Invierno,... las saturnales,... lo que sea,... que al fin y al cabo tal vez sea lo de menos.

Papá Noel en Alquézar, Huesca

sábado, diciembre 23, 2006

Caos ciudadano

Con estas señaladas fechas en el calendario, la gente se vuelve loca, todo el mundo va a comprar las mismas cosas, a los mismos sitios y a las mismas horas. Bueno. A todas las horas. Y como decía el dicho popular, "eramos pocos y parió la abuela". Un reventón en un lugar estratégico de la ciudad, y el caos lo domina todo. Mmmmmm... ¿felices fiestas?

Plaza de Paraíso, Zaragoza

miércoles, diciembre 20, 2006

La estrella de los Magos de Oriente

Esta mañana realizaba la ruta entre Zaragoza y Huesca como todos los días para acudir a mi centro de trabajo. En un momento determinado, en algún lugar entre Gurrea de Gállego y Almudévar, he visto como un punto brillante aparecía en el cielo, mirando en algún hacie el norte o el nordeste. Brillaba cercano a una de las pocas estrellas que a esas horas, ya clareando, todavía se veían en el cielo.

Lo primero que se me ha ocurrido... dada las fechas en que estamos... si sería la estrella de los Magos de Oriente (que en ningún sitio se cuenta que fueran reyes). Pero me he venido a acordar de que yo no soy precisamente muy creyente en estas cosas de la fe,... que como fantasía para los niños, pues vale... pero qué... pues eso.

Lo siguiente que se me ha ocurrido es que sería un planeta de los gordos. Quien sabe si Júpiter o Saturno. Pero... los planetas tienen la mala costumbre de encontrarse en el cielo a lo largo de una línea imaginaria, la eclíptica, que se situa de este a oeste mirando hacia el sur, ya que todos los planetas orbitan más o menos en el mismo plano alrededor del Sol. Además, suelen brillar de forma constante y no aparecen y desaparecen repentinamente.

Entonces he recordado la red de satélites Iridium. Estos satélites, dedicados a la telefonía movil, disponen de unos grandes paneles solares, que cuando en su rotación adoptan un ángulo adecuado, emiten grandes destellos perfectamente visibles desde la superficie terrestre, a veces incluso con la luz del día. Una predicción para observar los mismos, la encontramos en la página de Heavens-Above. Me he quedado casi convencido de que he visto el destello de un Iridium.

Cuando he consultado en Heavens-Above con posterioridad, ahí estaba. El satélite Iridium 62 ha producido un destello a las 7:33 horas del día 20 de diciembre de 2006, visible en las cercanías de Huesca, con una magnitud aparente de -1 (intermedia entre la de la estrella más brillante distinta del Sol que es Sirio, con -1,5, y la segunda más brillante que es Canopus, con -0,7), a 24º de altitud y a 65º Este-Nordeste de acimut.

Y lo que me ha alegrado el día.

Cielo de atardecer en las cercanías de Fuendetodos, Zaragoza

lunes, diciembre 18, 2006

Déjà vu (2006)

Deja vu (2006), 17 de diciembre de 2006

Si uno se va a ver una película de Tony Scott tiene que asumir las consecuencias. Es relativamente probable que sea mala o, cuando menos, floja. Habrá abundancia de fuegos de artificio y violencia. Tendrá una realización cuasimareante (o sin cuasi). Con esto claro, y sin llamarse a engaño vamos a ello.

La película es de viaje en el tiempo. Esta es una temática difícil. Jugar con las paradojas del viaje en el tiempo es difícil y, a estas alturas, para quien guste de la ciencia ficción, con muchos caminos ya explorados. La primera parte de la película, en la que encontramos la investigación de dos crímenes que resultan estar relacionados, tiene su interés. Uno intuye por donde van a ir los tiros, pero hay ritmo. La parte de ciencia ficción está tratada con simplismo. Se sueltan una serie de frases difíciles, se mencionan los pliegues en el espacio-tiempo y los agujeros de gusano, y ya está todo. No se han calentado mucho la cabeza. Al fin y al cabo, se supone que estamos aquí para ver chocar coches y explotar todo aquello que en la cabeza de una yanqui se entienda que pueda explotar. No sé con qué hacen las cosas en el imperio, pero todo explota que es la leche. Una vez que nos metemos en la dinámica del pimpampum, la película baja de nivel y se queda en algo que todos hemos visto un montón de veces. Entretenida, pero sin más.

El chico es Denzel Washington, haciendo su típico papel de negro, guapo, listo y esas cosas. Un poco a su aire. Cumple, sin más. La chica se llama Paula Patton, y hace el clásico papel anglosajon de las damsels in distress. Es decir, cae en poder de un malo malísimo, y el bueno guapo las pasa putas para salvarla... si es que lo consigue. Eso sí. Está como un queso. Por allí aparece Val Kilmer en un papel que es más secundarios que otros secundarios a los que nadie conoce. Además el chico empieza a estar muy deteriorado.

En fin, un entretenimiento, mejor de lo que esperaba, pero que no pasará por lo demás a la historia del cine. Nada. Le ponemos un seis, con la misma nota para dirección e interpetación, y todos contentos.

Así me gusta, que la policía nos proteja eficazmente contra todo riesgo. Seguro que con esas cintas nadie corre el riesgo de caer al Canal Imperial de Aragón a su paso por Zaragoza.

sábado, diciembre 16, 2006

Moteros protestando

Esta mañana de sábado tocaba ir de compras, y mientras pululaba de centro comercial en centro comercial, me he encontrado con una manifestación de moteros. Manifestación ruidosa como pocas, reclamaban un acondicionamiento de las carreteras menos peligroso para ellos. Se quejan de que algunas de las vallas y quitamiedos de las rutas españolas son tremendamente peligrosas para las personas sin protección que caídas de la moto se estrellan contra las mismas. Tengo amigos que utilizan la moto como vehículo de transporte habitual, y este problema me lo han comentado en diversas ocasiones. Parece algo preocupante. Sinceramente desde aquí mi apoyo y solidaridad ante estas demandas. Conste.

Pero como buenos españolitos, sus reclamaciones de más "seguridad para todos", se refiere sólo a ellos mismos. Parece que a bastantes de ellos por lo que he observado el rato que me parado a realizar fotos, no les importa mucho la seguridad de los demás. La manifestación se realizaba en condiciones de circulación por las calles, con los semáforos y los pasos de peatones activos. La cabeza de la manifestación ha respetado los semáforos en rojo, permitiendo el paso de los peatones. Pero los manifestantes de la parte central y de la parte posterior no se mostraban tan respetuosos, llegando la situación al punto de casi se han producido varios atropellos de peatones que cruzaban cuando su semáforo estaba en verde. Incluso en ocasiones los manifestantes se encaraban con los peatones, siendo el caso que algunos de ellos eran personas mayores, ancianos. Utilizaban los acelerones de sus motos para intimidar a los mismos.

Si hubiese sido un caso aislado, nada estaría comentando en estas líneas. Vándalos los hay en todos los colectivos. Pero he contado hasta tres paradas de semáforos en los que se han producido situaciones similares. Y esto ya no se puede considerar "hechos aislados".

Como he dicho antes, tienen todo mi apoyo para las reclamaciones que realizan. Pero por mucho que se consideren como una casta o grupo especial, no son nada más ni nada menos que ciudadanos, al igual que los demás que circulamos con otros medios de transporte... incluidos los zapatos. Y que la defensa de sus derechos no puede conllevar el avasallamiento de los que todavía circulan más desprotegidos por las calles de la ciudad.

Espero que los más pequeños que participaban en la manifestación no aprendan de lo que hoy he visto. Espero que crezcan realmente solidarios con todos, moteros o no moteros.

Paseo de la Independencia, Zaragoza

P.S. Quiero aclarar que ninguno de los manifestantes que aparecen en las imágenes ha participado, que yo haya visto, en los desagradables hechos que he narrado.

jueves, diciembre 14, 2006

Expedientan a unos empleados turcos de líneas aéreas por sacrificar un camello

Sí. Lo sacrificaron en el aeropuerto. Para celebrar su buen trabajo. Ya veis; pues los expedientaron. Lo dice ElPais.com en una noticia de ayer día 13 de diciembre.

Y diréis... ¿a quién c.ñ. le importa esto? Menuda chorrada. ¿Es que los de El Pais no tienen otras cosas que publicar?

Y tendréis razón. Pero prefiero hablar de esto a darme por enterado de barbaridades como ésta. Seguro que siente nostalgia de viejos tiempos y viejos generales.

Qué largo es el camino hasta la democracia

martes, diciembre 12, 2006

El ilusionista (2006)

The Illusionist (2006), 12 de diciembre de 2006

El motor de esta película de Neil Burger es el mundo de la ilusión. Y nunca deberemos confundir la ilusión con la magia, hecho que es frecuente en el mundo del espectáculo, o mejor dicho, de los espectadores. No insistiré en la cuestión.

La acción se sitúa en una Viena, capital del Imperio Austrohungaro, en la que un ilusionista, Edward Norton , que de campesino adolescente se enamoró de una no menos adolescente duquesita. Y van y se recueentran, dándose el caso de que la duquesita, una guapísima Jessica Biel, es la novia del malvado y racional príncipe heredero (erróneamente traducido literalmente como príncipe de la corona en algún momento del film) interpretado por Rufus Sewell. Toda la historia, la vemos interpretada y matizada por los ojos de ese inspector de policía, siervo del príncipe, que compone Paul Giamatti. La acción tiene ciertos componentes de seudohistoria. El Príncipe Rodolfo es un personaje que existió y que se hizo famoso por determinados hechos relacionados con su amante, la baronesa húngara Marie Vetsera, en el Palacio de Mayerling. No diré en que consistieron, para que aquel que no sepa del tema no tenga pistas de por donde pueden ir los tiros.

La película, filmada con una iluminación casi monocroma, en tonos cálidos, fundamentalmente ocres se deja ver bien y te sumerge en un cierto grado de intriga que ayuda a pasar el rato. Sin embargo el guion no está todo lo bien resuelto que debería, con algún rato de sensación repetitiva, de que la cosa no avanza y de que falta ritmo. El personaje del príncipe es excesivamente estereotípico lo cual tampoco ayuda a mejorar la calidad del conjunto. La interpretación de Norton y de Giamatti está muy bien, siendo ambos excelentes actores. Algo que puede extenderse a Sewell, salvo porque su personaje es más lineal y luce menos. La chica, a priori el florero del filme, cumple con razonable dignidad el cometido, lo cual es mucho más de lo que cabía esperar con la carrera previa de la actriz.

En resumen, una película correcta pero que le falta algo para ser notable y que viene ayudada por el buen hacer de sus protagonistas. Le pondré un seis, con idéntica nota en la dirección y un siete en la interpretación.

Tarde de invierno entre Belchite y Fuendetodos, Zaragoza

lunes, diciembre 11, 2006

No hay que alegrarse demasiado

Son muchos los que han celebrado la desaparición de uno de esos "salvapatrias" de los que la humanidad podría prescindir por completo y sin ningún problema. El problema es que aunque lastimosamente no ha podido sufrir las adecuadas consecuencias de la justicia, no sabemos si en estos momentos puede estar naciendo, educándose, o incorporándose al mercado de trabajo un futuro dictador. Preocupémonos por el futuro, por evitar que surjan nuevos engendros como este u otros que hemos sufrido más de cerca. Que no se repitan.

No olvidemos, que aquí o allá, siempre hay presuntos demócratas, gente que revisa la historia, los justifica e incluso los aplaude.

Atardecer de invierno en Fuendetodos, Zaragoza

sábado, diciembre 09, 2006

Leonard Freed (1929-2006)

Hoy simplemente un recuerdo a un fotógrafo norteamericano, de raza negra, que realizó un trabajo periodístico dura y a veces difícil de digerir pero muy interesante. A mí, personalmente me gusta. Sugiero una visita al homenaje que la Agencia Magnum le tributa en la red.

Plaza del Pilar, Zaragoza, hasta arriba de turistas - lo que hace un puente

viernes, diciembre 08, 2006

Nueva marca,...

,... nueva imagen, nuevo estilo, ¿nueva ortografía?

Avenida de San José, Zaragoza

No es la primera vez que recojo entrañables meteduras de gamba en los letreros de los comercios de la calle; alguno de ellos tremendamente cerca de casa, y no muy lejos de la imagen que muestro hoy.

Claro que... me he puesto a pensar... y he decidido investigar por si no es una metedura de pata y lo han hecho a idea. Y efectivamente he visto por ahí que en algún sitio se usa el juego de palabras entre COMunicación y conTIGO... lo que nos da COMTIGO. Bien, puede ser. Pero para uno que ha sido educado en las mejores reglas ortográficas por rancias aunque razonablemente eficaces entidades educativas, es como una patada en la visual. No sé que me dice que nunca seré clientes de estos señores. Y mira que los tengo a 150 metros de la puerta de casa,... por decir algo,... vamos... cerca.

jueves, diciembre 07, 2006

Álbum de fotos de Alquézar (Huesca)

Estos días he ido subiendo alguna que otra foto tomadas recientemente en Alquézar (Huesca), un bello pueblo al pie de la Sierra de Guara, que recomiendo visitar a todo el mundo. He colocado las fotografías en PicasaWeb, para quien las quiera ver.

miércoles, diciembre 06, 2006

Feliz día

No es que yo sea muy dado a los fastos patrios. He de reconocer que mi índice de "españolidad" si tal cosa existiera sería muy bajo. Es que conozco nuestra historia,... creo. La de verdad, no la oficial. Y hace muchos siglos que no nos prodigamos a la hora de hacer cosas que merezcan la pena ser celebradas.

La mayor parte de nuestras guerras en los últimos dos siglos han sido civiles o coloniales. Y tendemos a recordar más nuestras catástrofes colectivas o derrotas que nuestros éxitos, tanto los que se sienten muy españoles como los que reniegan de tal sentimiento, siendo probablemente una prueba de que los "hechos diferenciales" quizá no sean tales.

Cogimos tarde el tren de la revolución industrial, el de las reformas democráticas, el del estado laico y para todos (este todavía no sé si lo hemos cogido bien), el de las revoluciones científicas,... En fin...

Pero chico, hace 28 años por estas fechas, un montón de españolitos, algo temerosos todavía por donde iba a ir a parar la incipiente democracia, depositaron un sencillo voto que permitió que tuvieramos un marco de desarrollo común bastante más que razonable. No a gusto de todos, pero dado que eso es imposible,... razonablemente decente. Y que entre todos en este país se haga algo constructivo y razonablemente solidario merece la pena que se recuerde. Vamos,... que entre tanto santo, tanta hispanidad, y tantas otras fiestas sin mucho sentido, es de las pocas fiestas del calendario laboral que me caen simpáticas. Lo dicho. Feliz día.

Un rincón, en un pueblo, en eso que se ha dado en llamar España
(Alquézar - Huesca)

lunes, diciembre 04, 2006

El perfume. Historia de un asesino (2006)

Perfume. The story of a murderer (2006), 3 de diciembre de 2006.

Yo leí en tiempos, hace bastantes años, esta novela del alemán Patrick Süskind. Pero me acordaba muy poco. Fue un experimento. Era la primera vez que leía un novela en un idioma distinto del castellano. No tenía mucho sentido; la leí en francés que también era un idioma ajeno al original del libro. Pero me lo regalaron. Con el tiempo me familiaricé con el hecho de leer en idiomas extranjeros. Pero en aquel momento, fue más un esfuerzo que un disfrute.

Así que en la práctica, llego al filme como si no hubiese leído nada. Mejor. Que si no un se lleva disgustos.

En primer lugar, el esfuerzo de producción ha sido impresionante y la misma es lujosa. Una ambientación esquisita, unos efectos digitales para reproducir los paisajes urbanos de hace dos siglos y medio bastante correctos,... vamos que no han escatimado. Con una iluminación cálida pero no monótona que nos sumerje en la historia. La película es visualmente muy bella, incluso en aquellos momentos más escatológicos (en ambos sentidos de la palabra). Es gracioso que para ambientar determinados parajes de la Provenza francesa, se haya recurrido a exteriores en Cataluña . Pero no va mal, son dos territorios similares; ambos bellos (que sí, que lo de antes era broma).

El filme descansa sobre la actuación de su protagonista, el casi desconocido por estos pagos Ben Wishaw, que creo que hace un papel perfectamente creible y muy ajustado. Es una de las claves de lo positivo que tiene la película. Y también influye en la interpretación la aparición de algúnos ilustres que dan un toque de clase al filme, bien sea como perfumista en horas bajas o como padre desesperado. Un papel especial tienen las dos pelirrojas de la película, claves en diversos momentos de la historia, y ambas, tanto la pobre frutera como la rica adolescente heredera cumplen perfectamente con su papel. Ambas son monas, adorables, seductoras en su inocencia y en lo que les toca lo hacen sin menoscabo.

En cuanto a la dirección, a cargo del alemán Tom Tykwer, y al desarrollo de la historia... pues está muy bien durante mucho rato. Uno entra en lo que sucede, casi siente los olores... hay ritmo, misterio,... uno sabe quién es el asesino, pero no se sabe cómo va a acabar la cosa... y así va hasta que... al final el tema queda impreciso. Siendo un drama, hay alguna escena que promueve más la risa que la reflexión sobre lo que está sucediendo, queda burlesco, y hay cosas que no se entienden. No se ha sabido darle un resolución correcta a los pasajes finales de la historia.

En fin, no por ello la suspenderemos. Pero pudiéndosele otorgar un siete en la interpretación, no pasará de seis en la dirección y en la valoración subjetiva. Un pena, porque el tema durante buena parte del metraje aspiraba a mucho más.

Aunque más modesta en su tamaño, la villa de Alquézar (Huesca) viene a la memoria cuando aparecen las vistas de la provenzal Grasse

domingo, diciembre 03, 2006

El auténtico Señor de los Anillos

Como ya he comentado en alguna ocasión, eventualmente compro la revista National Geographic, cuando salen reportajes que por algún motivo me llaman la atención. Este mes de diciembre he adquirido la revista sólo por ver las fotos de un reportaje; las imágenes proporcionadas por la Misión Cassini-Huygens en su viaje a Saturno y su sistema de anillos y satélites.

Auténticamente impresionantes. Muchas de ellas compuestas por hasta 165 imágenes distintas que luego fueron recompuestas en la Tierra para obtener una alta resolución de los detalles. Y más allá de lo científico, pone de manifiesto la belleza intrínseca al Universo que nos ha tocado vivir.

Como muchos primeros domingos de mes, actividades de la Asociación Via Láctea en la Plaza de España, Zaragoza

sábado, diciembre 02, 2006

Mantenimiento y foto

Tarde de mantenimiento informático. Algún día nos liberaremos de güindous y tal vez no perdamos tanto tiempo. En fin, os dejo una foto. Con sus ventanas... llenas de ropa tendida... en fin... hasta otra.

Plaza de San Agustín, Zaragoza

viernes, diciembre 01, 2006

Tiempo de invierno

Parece que la bonanza, extraña para la época, se va pasando. Ya tenemos nieblas de verdad en Zaragoza. La gente ya se abriga. Tal vez ya llegue el frío. Como corresponde. Ahora sólo hace falta que nieve por allá arriba. Aunque no tiene pinta.

El Parque Grande de Zaragoza, hace poco menos de un año