sábado, junio 17, 2006

A los cañones, que vienen los "gabachos"...

Camino por Zaragoza un viernes por la tarde y me encuentro en la Plaza de los Sitios donde bulle una animación fuera de lo usual. Una banda y una rondalla animan a los paseantes junto al monumento a los Sitios; un poco más allá, en la puerta de la Escuela de Artes y Oficios, forman tres grupos de militares. Unos no tienen mayor interés; son soldados de los habituales. Los otros son cuando menos curiosos. Son aficionados a la recreación de hechos militares de época, una actividad muy popular en otros países, especialmente anglosajones, que vestidos al modo de los tiempos de la Guerra de la Independencia representan unos a los soldados voluntarios de Aragón y los otros a los franceses del distrito de los Pirineos.

Sabía que hoy sábado van a representar una batalla en Cariñena, a la que igual me acerco, si el tiempo no lo impide. Pero no esperaba que se hubieran reunido para hacer homenajes a los viejos caídos en aquel sinsentido que fueron los Sitios de Zaragoza.


Voluntarios de Aragón en la Guerra de la Independencia

Sé que voy a parecer poco patriótico. Qué se le va a hacer; es una de mis taras. Pero si hay algo absurdo en el desarrollo de las guerras napoleónicas en la Península, fue la cerril defensa de la ciudad por iniciativa del general Palafox. Un hecho que conllevo la ruina no sólo de la ciudad sino de buena parte de Aragón, que perdió a la décima parte de la población. Su incidencia en el desarrollo de la guerra fue mínima ya que no sirvió en la práctica para debilitar la posición francesa en España. La ciudad se recuperó. Pero Aragón, no. Y si nunca había estado muy boyante demográficamente, no sirvió más que para acelerar una despoblación que luego se desbocaría en el siglo XX.

Además, habrá que empezar a ser claro. José Bonaparte hubiera sido mucho mejor rey para España que el tarado y tiránico Fernando VII. Así lo indican algunas de sus disposiciones, herederas de la Ilustración. Lo único que me falta para ser afrancesado del todo es que Francia hubiera mantenido su republicanismo, en lugar de caer en la ambición imperial del pequeño corso.

¡Madre mía! ¡Qué cosas estoy diciendo; qué mal español soy! ¡Y eso que no he hablado del fanatismo religioso en torno a la Virgen del Pilar que impregnó aquellos hechos!


Militares y acompañantes femeninos franceses de la época imperial

PS: Que quede clara una cosa. Mi crítica hacia aquella guerra y hacia la actuación de determinados "héroes" aragoneses de aquellos eventos, no implican una crítica hacia las personas que impulsan estas actividades. Mi profundo respeto por la historia y su recuerdo hace que la Asociación Histórico Cultural Voluntarios de Aragón, que impulsa estos actos me merezca igualmente ese profundo respeto. Independientemente de que comparta o no su forma de ver los acontecimientos del pasado.

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