Obaba, película dirigida por Montxo Armendáriz, supone un nuevo paso en el cine intimista, cercano, pegado a la tierra que practica el director navarro, que tanto nos gustó con Secretos del corazón.
El reparto es coral, aunque con un personaje central, el de Lourdes la estudiante de periodismo (o algo parecido) que interpreta Bárbara Lennie, para mí hasta ahora una desconocida. Un trabajo para la facultad con una cámara de vídeo por parte de Lourdes nos servirá para ir conociendo diversas historias de la imaginaria localidad de Obaba, que se entrecruzan entre sí, y cuyas repercursiones aparecen todavía en el presente. Protagonistas ilustres de alguna de las historias como Eduard Fernandez, siempre convincente, o menos convincentes como Pilar López de Ayala, en mi opinión una actriz sobrevalorada. También como protagonistas, una pléyade de niños que juegan a favor de la espontaneidad que imprimen en sus actuaciones. De fondo, una serie de sólidos secundarios, poco conocidos pero que dan un soporte esencial a una película de corte coral, como he dicho anteriormente. Entre los secundarios, algunos de lujo con pequeños papeles como Mercedes Sampietro, Juan Diego Botto o Lluis Homar, siempre muy convincentes.
La película está en general muy bien hecha y tiene momentos muy interesantes, salpicados por otros menos atrayentes. La chica protagonista, que en general considero una actriz competente, plantea una historia personal que no se sabe muy bien de donde viene ni a donde va, y en la que no queda claro porqué se siente atraida por el lugar. Y esto, para mí, es una debilidad del filme. Por otro lado, algunas de las historias cortas resultan realmente interesantes, cuando no conmovedoras, y se siguen con gran atención.
En resumen, dado que el cine español no está en sus mejores tiempos y el cine internacional tampoco (qué vamos a decir de la carencia de ideas de los norteamericanos, más entregados al ruido que a las nueces), esta película se puede calificar de muy notable y muy recomendable. Especialmente, para quien guste de las historias cotidianas. Aunque con un puntito mágico. Que siempre viene bien. Le pongo un siete (y eso que la nota en interpretación baja por el excesivo peso en la película de la López de Ayala).
En la imagen de hoy, seguimos paseando por las Ramblas de Barcelona, entre los numerosos mimos que pueblan el bulevar y atraen a los numerosos turistas. Aunque alguno sea realmente trágico.
miércoles, octubre 19, 2005
Obaba (2005)
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