El título de la película es un epitafio. Afortunadamente esta película no necesita epitafios, puesto que no está muerta sino viva y bien viva. Dirigida por el sueco Lasse Hallström, que previamente nos deleitó con películas de gran sensibilidad (Las normas de la casa de la sidra, Chocolat, Atando cabos), en esta ocasión vuelve a mostrar su buen oficio y su excelente dirección de actores.
Claro que con algunos de ellos la cosa está fácil. ¡Qué podemos decir de Morgan Freeman, o de Robert Redford! Pero es que también obtiene una interpretación más que razonable de la frecuentemente petarda de Jennifer Lopez. La película tiene niña, Becca Gardner, uno de estos especímenes cuasi humanos que habitualmente se dedican a robar las películas a los actores consagrados. Pero en este caso tenemos una niña que no es pegajosa, que se mantiene en su sitio a pesar de su protagonismo y que deja espacio para poder disfrutar de los veteranos intérpretes. ¡Ah! y también está Bart, un oso (y unos gatos, y un mapache, y vacas, y caballos,...)
La historia va de familia rota por tragedia familiar, con reencuentros, duros en muchas ocasiones. Casi todo el mundo arrastra su pequeño o gran drama, pero con un mensaje optimista, de solidaridad y de apoyo mutuo para superarlos.
Creo que es una buena oportunidad para ver una película hecha con oficio, interpretada con más oficio, que nos hará salir bien, y disfrutar de paso de los paisajes de Wyoming. Especialmente, el espléndido valle glaciar donde encontramos la granja de los protagonistas. Yo le doy un siete (alto).
La imagen de hoy corresponde a un brazo del Lough Corrib en Irlanda, Condado de Galway, situado también en un hermoso valle glaciar también.
lunes, octubre 24, 2005
Una vida por delante (An unfinished life, 2005)
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