En la entrada de ayer comentaba algunos de los aspectos sociales que rodean la publicación de la saga de Harry Potter, el aprendiz de mago, escrita por la británica J.K. Rowling.
Hoy haré un comentario sobre la serie de novelas en sí misma. Antes de nada, si la editora o la autora quieren mandarme a la carcel... pues que sepan que no he comprado ninguno de los libros. En su mayoría, me los han dejado, lo cual antaño se consideraba una hermosa practica social, la de dejarse libros y otros elementos culturales,... pero que tal vez hoy en día se considere un acto más de piratería. Vaya usted a saber...
Y con el último la cosa ha sido más grave... porque me fui a leer en las traducciones libres que se han realizado por ahí, apoyándome en un original en inglés que me han prestado, para los casos en los que sospechase que la traducción pudiera estar patinando. Un indeseable social; eso es lo que soy...
Mi impresión general de la saga es la siguiente. El primer libro me pareció un hallazgo... especialmente considerado como lectura infantil. Desarrollado con una gran imaginación, se situaba al nivel de niños y preadolescentes, exponía una serie de aventuras en un mundo de fantasía que se combinaba muy bien con aspectos cotidianos. La lectura era ágil y se hacía llevadera para un adulto, público al que no iba dirigido este libro.
A partir de ahí, el interés literario y narrativo es diverso. Al desaparecer el factor sorpresa, al encontrarnos con terreno conocido, las siguientes historias presentan un menor aliciente. Más cuando casi todos los libros presentan elementos repetitivos entre sí. Los avatares durante el verano en casa de los horribles parientes, el reencuentro con los amigos, el comienzo de los problemas, los partidos del deporte de las escobas, la progresiva aparición de misterios, hasta alcanzar el climax final, con el enfrentamiento correspondiente entre el héroe y el malo. Este esquema repetitivo hace que haya algunos libros carezcan de mucho interés, ya que se ven como más de lo mismo con respecto a lo anterior, incluso hay alguno que me parece un auténtico pestiño. El cuarto de la serie supone un aliciente, por cuanto plantea algunas novedades en el transcurso de la historia, que le dan un tono de "superproducción cinematográfica", aunque no deja de tener sus debilidades y en mi opinión es innecesariamente largo.
Los últimos libros entran en los aspectos más tenebrosos de la historia. El ambiente es menos amable, y nos encontramos con unos protagonistas adolescentes. Creo que si hay algo mal llevado en esta serie son "los picores hormonales" de los adolescentes, cómo se relacionan entre sí y como ligan. No me parecen normales; me parecen adolescentes anacrónicos, de otra época. En cualquier caso, el progresivo "crescendo" en la tensión dramática ayuda a mejorar el interés por lo sucedido, especialmente cuando hay indicios de que el tema puede pasar del drama a la tragedia.
Ahora aviso, no voy a contar el final del séptimo libro, pero quizá el tono del mismo se deduzca de mis comentarios. Así que haya cada cual.
El último libro se sale del esquema narrativo de los anteriores, y globalmente no está mal. Es algo demasiado largo como otros de la saga, para lo que hay. Es uno de los principales problemas de estos libros... lo que se cuenta no necesita tanto espacio. Y siendo de los más entretenidos, es bastante tramposo argumentalmente para llegar a donde llega. Desde mi punto de vista, la evolución argumental de la saga pedía un final con toques trágicos,... que la escritora no se atreve a llevar a cabo. Es un producto para adolescentes, y creo que es un producto que se ha vuelto "demasiado cinematográfico",... y en el mundo anglosajón actual, especialmente cuando entras en contacto con Hollywood si no hay final feliz, parece que los ingresos bajan. Esto obliga a realizar una serie de piruetas, casi son saltos mortales literarios. Hay que dedicar largos y tremendos párrafos a explicar por qué no pasa lo que debería haber pasado. Y eso desmerece un poco el tema.
Mi valoración global es relativamente positiva, pero creo que la saga en general está sobrevalorada. Lo debemos ver más como un producto comercial para el entretenimiento que como una obra literaria básica en la cultura actual. No obstante, casi seguro que permanece durante décadas como uno de los productos más vendidos y que más influirán en la literatura infantil y juvenil de los próximos tiempos.
lunes, julio 30, 2007
De Harry Potter (2)
Publicado por Carlos Carreter a las 17:06
Etiquetas: arte música y literatura
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