lunes, julio 02, 2007

Estoy de vacaciones y estamos en Helsinki

No había avisado, pero es así. Estoy de vacaciones. Y desde las 16:00 horas, hora loca finesa, estamos en Helsinki.

El idioma de esta gente es imposible. No se entiende nada. Por un momento, al pasar la aduana (absolutamente vacía de aduanero alguno, ni de policías dando la matraca con los pasaportes y los DNIs; parece que no tienen mucho miedo a que venga gente), hemos pensado que nos decían: "Ey, tontolabas". Pero no. Era parecido, pero distinto.

En casi todo Helsinki, hay suerte y también están los carteles en sueco. Lo cual está muy bien. Tampoco se entiende nada, pero como es lengua indo-europea, suena más familiar.

Cuando hemos salido al exterior, hemos visto que el tiempo era bueno. Bueno... según donde mirases. Si mirabas hacia el otro lado, los nubarrones de tormenta eran curiosos.

Efectivamente, unas horas más tarde en la ciudad nos ha sorprendido una pequeña tormenta con churrascos aislados, localmente fuertes. Fuertes exactamente cuando nos ha pillado donde menos refugio había. Pero vamos. Por lo demás ha hecho una tarde excelente.

Como veis. En Helsinki hay tranvías, lo cual casi garantiza que la ciudad me va a gustar. Las ciudades con tranvía tienen algo especial.

Lo que también esta lleno es de fineses. Son gente muy rubia y descolorida, aunque muchas chicas están realmente muy bien. Uffff, que nervios vamos a hacer. Evidentemente, echan de menos la abundancia de sol, porque hoy que había, inundaban literalmente las plazas y jardines, para absorber hasta el último rayo del astro rey.

Nos ha hecho mucha gracia la colección de "meninas", un tema tan hispano, en L'Esplanade, uno de estos parques tan animados a la caída de la tarde.

Helsinki está rodeado de agua por todas partes, bien sea del mar o de los lagos. Por lo tanto, la actividad de barcos, la mayor parte de ellos recreativos, es incesante. Estos días, esperamos montar en alguno de ellos.

En fin. Es tarde. Estamos cansados. Habrá que dormir un ratico. Así que os dejo. Aunque aquí las horas de luz se estiran mucho, aunque sea una luz cansada, con un sol bajo y poco poderoso. Y con una imagen de uno de los tranvías a la luz crepuscular, me despido. Espero que hasta mañana.

No hay comentarios: