martes, julio 03, 2007

Madre, qué caluroso es Helsinki...

... pues eso. Que nos ha hecho un día de sol y moscas. La temperatura máxima no ha sido muy alta. 25 ó 26 grados centígrados. Pero si tienes que caminar mucho al sol... pues se nota. A la sombra, tomando una cervecica tan ricamente, eso sí.

Había mucho que ver, y se ha visto. Hemos empezado la mañana por el mercadillo de pescado del puerto. Muy animado. Pero de lo que menos hemos visto ha sido de puestos de pescado.

Después, pues de lo que hay en todas las ciudades europeas, catedrales e iglesias de distintos credos, más o menos grandes, más o menos monas, más o menos atractivas, más o menos originales. Probablemente, la más distintiva de Helsinki, la catedral luterana. ¿Pero no nos contaban los curas de niños que Lutero era el mismísimo diablo? Aquí parecen tener otra opinión de fray Martín.

Hemos dado un largo paseo, donde hemos visto los lugares más significativos de la capital finesa. Incluido por supuesto el estadio olímpico. Que los de Madrid presumen mucho con sus candidaturas, pero ya hace más de 50 años que éstos organizaron su evento olímpico.

Hemos pasado a presentar nuestros respetos a Sibelius, al que le han hecho un monumento muy aparente. Cerca había una playa muy animada,... no,... no hay fotos de finesas tomando el sol, ligeras de ropa,... que ésta no es una página de "esas".

L'Esplanade estaba tan animada como ayer, y un grupo de jazz, a la poco "jazzística" hora de las cinco y media de la tarde animaba el cotarro. Por cierto, que lo hacían francamente bien.

Para el resto de la tarde, hemos cogido un barquito para ir a Suomenlinna. Esta antigua fortaleza militar es actualmente un amplio y estupendo parque, con pequeñas playas donde tomar el sol e incluso darse un baño. Pocos se animaban a esto... no sé qué me dice que la temperatura del agua debe estar frequita. En cualquier caso, el lugar es agradable y bonito, especialmente con la calida luz de la tarde.



Una tarde... un atardecer que se hace más larga que un día sin pan. Por estas latitudes, los días de verano son larguísimos. Y si no, ved en la plaza junto a la estación cómo las fachadas de las casas estaban plenamente iluminidadas por la luz solar a las 22:07 de la... ¿noche? Aun quedaba más de media hora para que el sol se pusiese, más las horas de crepúsculo hasta la noche cerrada que puede ser más alla de las 12 de la noche.

En fin, mañana más. Que estoy hecho polvo, y me voy a dormir.

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