viernes, abril 13, 2007

El buen alemán (2006)

El buen alemán (The Good German, 2006), 12 de abril de 2007

No sin recelo acudo al cine en una lluviosa tarde de abril, en la que quedas a tomar unos chismes porque no hay otra cosa que se pueda hacer, y ante la lluvia acabamos metiéndonos en una sala de cine. La crítica no la había tratado bien. Su director, Steven Soderbergh, no es precisamente de mis favoritos. Pero por otro lado, siempre he tenido cierta debilidad por el cine en blanco y negro. Y sale Cate Blanchett, que me gusta. Y siempre he tenido debilidad por el tema de la Alemania o el Berlín de posguerra, un período no bien contado o conocido históricamente, complejo y probablemente apasionante.

Bueno, pues tenían razón. La película flojea mucho. En primer lugar, porque la historia está mal contada, sin fluidez, con más lío del que la trama merece, como si estuviese relegada a los aspectos más formales desde el punto de vista técnico del filme. En segundo lugar, porque el hecho de que esté rodada en blanco y negro, de una determinada forma, no dota de respetabilidad técnica a la película. Querámoslo o no, determinadas soluciones técnicas estaban bien para los años 40 ó 50. Pero hoy en día, pueden llegar a cansar. Se puede hacer buen cine en blanco y negro hoy en día, como ha quedado demostrado. Pero sin renunciar a los avances visuales que han aparecido con los años. En tercer lugar, porque me parece muy bien que un filme tome referencias o haga homenajes a los clásicos. Pero en este caso se limita a copiar sin más, y sin que necesariamente tenga que ver con lo que está contando. Creo que el caso más sangrante es la despedida tipo Casablanca en el aeródromo, donde se ha sustituido la niebla por la lluvia, pero en la que juraría que se han copiado "literalmente" algunos planos. Pero hay otras situaciones similares.

En lo que se refiere a la interpretación, la Blanchett está correcta, George Clooney está en lo que es habitualmente, flojo, y Tobey Maguire, en su corto pero importante papel, está más flojo todavía. Este chico sólo consiguió convencerme en Las normas de la casa de la sidra. En el resto de películas no me suele convencer nada. Existen otros personajes secundarios, interpretados por actores solventes, que se ven anulados por la constante presencia en pantalla de Clooney, con o sin la Blanchett. una lástima.

En fin. Una pena. Una demostración de que sin una buena historia detrás, o sin que la buena historia esté bien contada, los alardes de estilo no sirven para nada. Otra vez será. Le pongo un seis, con un cinco en la dirección y un seis en la interpretación.

El Palacio de Sans-Souci se encuentra en Potsdam, localidad alemana próxima a Berlín, en la que se celebró una famosa conferencia coincidente con los hechos narrados en el filme

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