sábado, julio 21, 2007

A ver cómo lo digo para no ser un delincuente

Desde el lunes sin subir ninguna entrada. Si sumas un inoportuno catarro más la necesidad de pensar un rato sobre diversas cuestiones, encuentras la causa de este "impasse". Hoy sábado, como venía sucediendo antes de mis vacaciones, tocaba "hojear" tranquilamente la prensa digital, dedicando un trato preferente a las viñetas de El País, especialmente a la de Ramón (con su simpática ranita reivindicando aguas limpias).

Sin embargo, una combinación inexplicable de fiscal y juez de la inefable Audiencia Nacional me lleva a hablar de otra caricatura. Sí, la de la portada de El Jueves (el enlace no funciona en estos momentos debido a la censura impuesta por el juez). Esta revista, que cumplió una función importante en tiempos pasados, hace tiempo que no despierta especialmente mi interés, y no puedo recordar cuantos años hace que no le prestaba atención (salvo porque me regalaron unas recopilaciones de uno de sus personajes, Clara de Noche, dibujado por Jordi Benet y escrito por Carlos Trillo y Eduardo Maicas). Pues bien, el juez Del Olmo ha decidido censurar el último número de la revista.

No reproduzco nunca imágenes que no haya realizado yo. El internauta mínimamente espabilado sabrá encontrar la caricatura de la discordia sin problemas. Tanto más cuanto se va a difundir especialmente deprisa gracias a la necia decisión de este leguleyo. Yo, que la he visto, doy mi opinión sobre la misma. No mi opinión sobre si me gusta o no, sino sobre si su contenido puede merecer la actuación judicial:

Primero:

Se acoge a una figura del Código Penal, el delito de injurias a la corona, que
per se me parece discutible o de discutible aplicación. La primera pregunta es ¿cómo se diferencia una crítica dura de una injuria a la corona? ¿cómo se diferencia la ironía, la parodia, la caricatura de una injuria? Los límites pueden ser tremendamente difusos. O no, y ser una figura que se utilice para limitar el derecho a la crítica a una de las instituciones del Estado.

Segundo:

En la caricatura, salen los Príncipes de Asturias en pleno coito, estilo "perrito". Esto puede ser considerado de mejor o peor gusto, muchos lo considerarán una grosería; nada que objetar a que muchos ciudadanos lo consideren así. Incluso a mí me parece un poco pasadita; realmente se puede calificar cuanto menos de zafia. Pero no sé por qué esto ha de ser injuriante o denigrante. Una de las funciones principales de los consortes reales es procurar descendencia. Y muchas consortes se han caído del oropel a lo largo de la historia "por no valer". Así que para ello se supone que practican relaciones sexuales. No se puede decir que el autor de la caricatura injurie a estos señores por suponer que practican sexo. Vamos a decirlo claramente. En el plano institucional, en estos momentos la función principal de la Princesa de Asturias es practicar sexo para garantizar la descendencia dinástica. Lo demás son tonterías de revista del "corazón" (o del "higadillo", que no tengo muy claro a que vísceras van dirigidas estas "prestigiosas" publicaciones).

Tercero:

La portada comenta una noticia de actualidad. La subvención a la maternidad de 2.500 euros por niño recién nacido. En el plano de lo que es una publicación satírica, parece obvio elegir como blanco a una pareja que recientemente han sido padres, y a quienes obviamente no les hace falta subvención alguna, ya que se les pagamos para eso. Son mantenidos y reciben su dinero del
Estado con el fin de que sostengan la Institución. Es decir para que tengan niños. De los demás españoles, se espera que tengan niños porque si no vamos a la catástrofe demográfica, pero se los tienen que currar y bien currados, porque los niños no vienen con un pan debajo del brazo. Vienen con gasto en pañales, en leche, en colegios, en libros, en...

Cuarto:

Si uno se lee la Constitución Española, de la que muchos hablan y pocos saben, especialmente entre los que hablan, nada se prevé como función dentro de las instituciones del
Estado para el príncipe heredero. Dada la longevidad de algunos monarcas, la presencia de príncipes herederos talludicos ha supuesto un problema en muchos países sobre el papel que representan, y sobre las consecuencias de sus actos. No hay más que echar un vistazo a la situación en el Reino Unido. De hecho, aunque se les da cosicas para hacer, son completamente prescindibles en el funcionamiento cotidiano de las instituciones. En resumen, guste o no guste oirlos, les pagamos, en este y en otros países con monarquías reinantes, por que estén y no porque trabajen. Lo que se deriva de los bocadillos de la viñeta es una opinión que no está solamente en el caricaturista sino en muchos, muchos españoles que lo comentamos en las tertulias de los cafés, del trabajo, de la peluquería, o de donde sea. Si ese es el problema, somos muchos los que practicamos con fruición el delito de injurias a la corona.

No entraré en cuestiones como si tiene sentido que se mantenga en España un tribunal de carácter excepcional como es la Audiencia Nacional. Se le supone con la misión de actuar antes delitos de excepcional gravedad, como el terrorismo. Equiparar esta chorrada de la viñeta con el terrorismo me parece un signo más de hasta que punto este juez, una de las vedettes que se generan en este tipo de juzgados, se ha ido del bolo. No tiene sentido encontrar esta noticia en periódicos de todo el mundo.

Dicho todo esto, tampoco encuentro mucho sentido a la caricatura, que me parece sacada muy por los pelos en cuanto a temática y contenido. Pero sí que soy partidario totalmente de la libertad de prensa.

Un alegre tranvía pasa ante una de las instituciones republicanas finesas en el Kauppatori de Helsinki

No hay comentarios: