Se ha dicho en numerosas ocasiones que las gentes del cine no se mueren solos. Que siempre lo hacen de dos en dos; gustarán de ir acompañados en su último viaje. Trueba afirmó cuando recibió el óscar por Belle Epoque que Billy Wilder era Dios. Así que supongo que irán todos ellos a sentarse junto al genial berlinés en algún tipo de especial paraíso. Y supongo que se sentarán donde les venga en gana, no como mandan las religiones convencionales que siempren tienen una especial afinidad por sentarse a la derecha. Yo siempre ha tenido dudas sobre si afiliarme al billywilderismo o a otras religiones igualmente interesantes.
Si ayer recordábamos a Bergman, casi simultáneamente nos enterábamos del fallecimiento del italiano Michelangelo Antonioni. Mucho menos prolifíco que el sueco, especialmente desde los años setenta, he tenido oportunidad de apreciar mucho menos su cine. En estos momentos sólo recuerdo su película más celebrada Blow-up, y una que firmó en los años noventa junto con Wim Wenders, titulada Más allá de las nubes, que constaba de una sucesión de relatos cortos más o menos relacionados, en un entorno multinacional europeo, aunque fundamentalmente en Italia y Francia. La crítica no la puso muy allá. Sin embargo, es una película que a mí me llamó la atención por diversos motivos, y que tengo que revisitar. A ver dónde la encuentro. Además creo que es de las que hay que ver en versión original. Y que cada uno hable un su lengua, que todas juntas es la lengua europea.
En cualquier caso, acompañado del genial sueco, Antonioni marcha en buena compañía.
miércoles, agosto 01, 2007
Antonioni ha decidido acompañar a Begman
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