domingo, mayo 28, 2006

Pero qué tramposo, qué tramposo es el alemán...

Domingo de carreras en la Fórmula 1, lo normal es que suba un comentario sobre la jornada al conocer los resultados.

Sin embargo, hoy es domingo y mi eterno problema para conciliar de nuevo el sueño cuando me despierto pronto por la mañana, no importa la hora a la que me acueste, me tiene ya danzando desde las ocho de la mañana (¡¡¡pestes!!!). Así que procedo a repasar noticias varias. Y me encuentro una noticia sorprendente. En The Official Formula 1 Website leo que los comisarios de la carrera han decidido castigar a Schumacher por su cochina y rastrera treta de ayer, que impidió que Alonsito le arrebatase la "pole" en Montecarlo. Nadie lo esperaba. El alemán ha sido virtualmente intocable desde hace tiempo en sus marrullerías. Pero, ha pasado. Y creo que todos nos tenemos que alegrar. Tiene que quedar algo de deporte en los espectáculos de este tipo.

¡Y a mí que todavía me caía simpático el tipo éste! Nada, que se muera (deportivamente hablando). De momento, lo cochecicos rojos van a salir juntitos, en la misma línea de la parrilla de salida. La última. Me alegro. Esta tarde completo el comentario con los resultados.

Epílogo:

Fernando Alonso ha ganado la carrera. Tras muchas vueltas defendiéndose de Raikonnen que ha empezado muy serio, una providencial safety car por la rotura de Webber ha favorecido al asturiano y ha provocado la rotura del finlandés. Lo que más me joroba es que el alemán ha llegado a la quinta posición, el cochino de él. Por cierto, que en esta carrera a lo mejor merecía la pena quedar segundo. Al primero le ha saludado el príncipe Alberto; los besicos de Carolina se los ha llevado Montoya... ¡¡¡qué picarón!!!



Un modesto Smart se ve perseguido por una peligroso dragón-bus rojo, Zaragoza.

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