martes, abril 19, 2005

No hablaré del papa... hablaré de Alejandro

A Ratzinger que le den por ahí, benedictamente, XVI veces. Hablaré del último libro que he terminado.

Se trata de El muchacho persa de Mary Renault. Recientemente hablé de la biografía que esta autora escribió de Alejandro Magno. En esta ocasión, la escritora noveliza una parte amplia de la vida del gran conquistador, desde la ficticia historia del que fue eunuco real, el persa Bagoas. No hay datos que nos digan cómo fue la relación entre ambos personajes. En la novela, se plantea el amor de un adolescente persa, esclavizado y castrado, y dedicado a la prostitución hasta su venta al rey Darío III, con su futuro amo el macedonio Alejandro.

Al igual que en la biografía, la autora lanza una mirada benevolente y complacida sobre la figura de Alejandro. Pocos defectos se presentan de él, y las acciones que podrían ser objeto de reproche, son comprendidas cuando no justificadas. Lo que podría ser lo original de la novela, la relación entre el eunuco y el rey, no se profundiza y acaba de alguna forma convertido en tópico.

No obstante, la novela se lee con comodidad y no es infumable como determinados superventas literarios que por el mundo corren. Parte de una documentación serie, y de un conocimiento del entorno de la época. Si alguien la lee, no le hará daño.



Hasta Estambul subió en sus campañas juveniles el futuro rey Alejandro, cuando era el embrión de la que fue poderosa Bizancio. Esta y otras imágenes de mis viajes en De viaje con la cámara al hombro.

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