Tras la nieve, volvemos a nuestro anochecer favorito. La ciudad nos ofrece oportunidades impensables. Qué fotógrafo no ha soñado con tener a esas mujeres con "físicos de ensueño", bellezas de papel couché o de celuloide, para poder demostrar que "realmente" es un gran fotógrafo.
¡Pero que lejos quedan!
Al rescate viene la noche. La ciudad y la noche. Nuestras modelos soñadas están ahí. Nos rodean. Nos tientan. Perfumes. Leves prendas que sugieren más que esconden. Vehículos que nos dan "la libertad". Y nos las ponen a nuestro alcance. Posan para nosotros.
Llega la noche. La iluminación la pone la ciudad. El fotógrafo hábil sabrá aprovecharla.
¡Ah! ¡Quién tuviera a su alcance a Charlize Theron!
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