Pareciera que esta exclamación no tiene nada de particular. Una comunidad con los Pirineos al norte, cruzada por el sur por el Sistema Ibérico, y con su parte de meseta en las tierras altas de Teruel...
Pero en buena parte de Aragón, en todo lo que es el Valle del Ebro, la nieve es un fenómeno extraño. De hecho cualquier tipo de precipitación lluviosa es una hecho raro, digan lo que digan los políticos de cierto partido político, hasta hace una año en el gobierno, cuando hablan de la "España húmeda". ¿Sabrán lo que dicen? ¿Habrán venido alguna vez de visita por esta tierra?
Es frecuente, que cuando media península se colapsa por los temporales de nieve, en el Valle del Ebro luzca un sol radiante, mientras un helador y veloz cierzo arrastra las nubes hacia vaya usted a saber donde.
Así que hoy, quien escribe, que vive en Zaragoza y trabaja en Huesca, ha "disfrutado" de un espectáculo absolutamente extraordinario desde la ventanilla de un tren. Un amplio manto blanco que abarcaba los más de 70 kilómetros de distancia que hay entre las dos principales ciudades aragonesas. Eso sí. Desde la resignación. ¡Qué torpes nos volvemos en esta tierra cuando nos enfrentamos a este meteoro!
Quizá mañana volvamos a los Colores del Anochecer. Si no pasa otra cosa.
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